lunes, 9 de enero de 2012

Sensiblidad Química Múltiple

3. Actualidad
En la sociedad actual, el trabajo con metales naturales está a la orden del día. Lo que la mayoría de la gente desconoce es la toxicidad de algunos de ellos, pudiendo provocar enfermedades graves e incluso, la muerte. Los ejemplos son varios: cadmio, mercurio, plomo ou radio radiactivo. Conocer sus peligros y la prevención de estos está en nuestras manos.
Además, de contacto con la piel, la ingestión de metales tóxicos es otra de las vías para contraer enfermedades mortales o de carácter irreversible.

La enfermedad de Minamata

La enfermedad de Minamata recibe su nombre en memoria del lugar donde empezó a replegarse. Minamata es un pequeño pueblo pesquero de la isla de Kyushu, en Japón. Durante la década de los 60 algunos habitantes de esta región asiática empezaron a presentar síntomas extraños, como problemas de visión, pérdida de sensibilidad en manos y piés, ataxia, parálisis, e incluso la muerte.
Estos síntomas no eran más que el resultado de una intoxicación por la ingestión de peces y mariscos infectados por metil mercurio.
El metal presente en los animales marinos provenía de una gran corporación japonesa, Chisso Corp, que echó en varias ocasiones metil mercurio al mar.
A día de hoy, se cuentan alrededor de 12.000 afectados, entre muertos y damnificados por la enfermedad de Minamata. Muchas personas presentaron dolencias permanentes de por vida.
El metil mercurio puede provocar diferentes reacciones, dependiendo del órgano que se vea afectado:
- en el cerebro causa daños en los sentidos como sordera, defectos visuales, descontrol y muerte.
- en los pulmones, pneumonía y cáncer.
- en los riñones, síndrome neurotóxico y temblores en los labios, manos, piés y párpados.

La enfermedad de Itai-itai

La presencia de cadmio en los arrozales japoneses es constante pero no nociva para la salud de la población. Esto cambió cuando se modificó el modo de producción. De los arrozales sumergidos se pasó al drenaje, lo que provocó la oxidación y el aumento de cadmio en disolución.
La desmineralización tuvo consecuencias nefastas en la población japonesa que desarrolló una dolencia llamada enfermedad de itai-itaia, (ai ai en idioma autóctono), en recuerdo del dolor generalizado que provocaba y derivaba en osteomalacias (reblandecimiento de los huesos), osteoporosis y, con frecuencia, fallo de función renal y anemia.
Los primeros brotes de la enfermedad fueron registrados en la zona de Jitzu y afectaban a mujeres de edad menopáusica. Los primeros síntomas eran la aparición de dolores ósteomusculares muy agudos.
El cadmio procedía de extracciones mineras y su presencia en los arrozales no era excepcional. Pero el cambio en el proceso de producción fue lo que provocó la movilización de efecto nocivo del cadmio. El nivel se mantuvo constante, del mismo modo que sucede en otros países con la contaminación de las tierras debido a metales.

Galicia es una comunidad propicia en cuanto a concentración de radón en los hogares. Los suelos son la causa principal. El radón es un gas noble y radiactivo muy peligroso. Exponerse al contacto con el puede implicar contraer cáncer de pulmón. Las principales fuentes de radón son: el suelo de una casa y los materiales empleados en su construcción, el agua corriente (aunque en menor medida). Este gas emana principalmente del subsuelo.
La porosidad y permeabilidad de suelo son los factores clave a la hora de conocer el nivel de radón concentrado. Los suelos de la comunidad gallega, y más concretamente, de la comarca de Santiago de Compostela son principalmente graníticos y fracturados, lo que facilita la emanación de este gas tan perjudicial para la salud. Más del 10% de los hogares superan los 200 bequerelios de radón, constituyendo un importante agravante que aumenta las posibilidades de desarrollar cáncer de pulmón.

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